viernes

La dama de los naúfragos.

Aquel día húmedo y gris podía tocar el silencio que se acercaba despacio a mis oídos, casi de puntillas. 

Había comido un bocadillo en un pueblo que mi mente no conseguía recordar y que había dejado atrás en lo que parecía una eternidad. Todo fluía despacio, como en una ensoñación, sentía que la tarde pesaba y caía a plomo sobre mi mochila. Se avecinaba un día raro, de esos que no sabes cómo ni cuándo has llegado al albergue.

El silencio y el frío, en un estrecho abrazo, confabulaban para perderme en la extraña danza de mis pasos y mi mente gravitaba en la belleza infinita de esta soledad por tierra de campos. Sentía como bajo mis mudos pasos se movía una tierra desnuda, dura, de infinito horizonte y alma cansada, donde una oración se puede perder antes de llegar al cielo. Una tierra que solo sabe un lenguaje, el del peregrino, un lenguaje mudo, de película sin imágenes, de libros en blanco, de sombras anónimas. El idioma universal de la motivación que mueve a cada caminante. 

Mientras intentaba que este mar de barro, sucio y bravucón, no me arrastrara a la desesperanza divisé a lo lejos una silueta. Estaba parada o eso parecía, decidí apresurarme para alcanzarla y poder asirme a algo que me salvara del compás lento y aturdido que llevaba mi mente. Era una peregrina. 

Estaba descansando, sentada en una piedra a modo de taburete, que como una solitaria barca, se encontraba varada en este mar de barro. Se levantó y me saludó con un español correcto y una sonrisa clara y contagiosa, acompañada de un hoyuelo a cada lado. Era una mujer atemporal, con memoria, de ojos transparentes y mirada nostálgica. Su pelo, de color ámbar, caía lánguidamente sobre un cuerpo firme y delgado. Tenía una belleza de esas que te conquistan en el primer asalto. Vestía sencilla, sin alardes, supongo que como cualquier peregrino, con ropa técnica, una pomposa bufanda naranja, mochila escasa y botas limpias de color blanco. 

Nos interrumpió unas gotas de lluvia y con un fugaz cruce de miradas decidimos emprender camino juntos antes de que empezara a llover con más intensidad. Hablamos como fugitivos, rápido y con ansia, de todo, de nuestras vidas, anhelos y sueños. Quizás más yo, que ella. Por momentos la garganta se me secaba pero no quería parar. Era una batalla contra la lluvia y el tiempo. La conversación iba tejiendo un invisible y frágil hilo que nos unía y que no queríamos interrumpir por miedo a que se rompiera. 

De repente, inexplicablemente, volví a sentirme cansado. No se cuánto tiempo habíamos andado pero una voz interior susurraba para que me detuviera. Ella se paró un momento, pero al rato me dijo que quería continuar pues quedaba poco para Hontanas y que en el albergue me esperaba para compartir cena y más conversación. Nos despedimos y la observé como se alejaba. 

En unos minutos la voz que me murmuraba descanso había cesado. Decidí continuar pero debía haber transcurrido una eternidad, pues no la distinguía en el horizonte. 
En nada llegué a la altura del cartel metálico que indicaba 0,5 kilómetros para Hontanas, y como premio, las nubes daban permiso de entrada a unos valientes rayos de sol. Apresuré mis pasos y pronto divisé una torre de iglesia que surgía de la tierra como la punta de un iceberg. Ya solo quedaba dejarme llevar por una pendiente que te arrastra hacia el pueblo de Hontanas entre monolitos de piedra dedicados al camino. 

El albergue estaba cerrado pero un cartel escrito a mano señalaba que cerca había unas instalaciones dedicadas a la acogida. Comprobé con desaliento que se trataba de unas viejas escuelas que esos días de frío invierno servía de refugio al peregrino. Con premura entré para ver si ella se encontraba allí, pero a primera vista sólo veía unos pocos sacos ya conocidos de otras veces. Pensé entonces que podía estar alojada en el bar del pueblo que también sirve de hostal, pero al salir, una fugaz idea me noqueó al mirar la estantería de la entrada llena de botas sucias, empapadas de agua y barro. En ese instante sentí que no la volvería a ver, pues las botas blancas y limpias que llevaba ella no podían pertenecer a un peregrino. 

Solo podían ser de la dama de los náufragos. 




Se anda lo imposible. Se añora lo que no se tuvo, se recuerda lo que se vivió. Se sueña lo que se andará.

Lucas.-

jueves

Puede que nuestro verdadero destino sea estar eternamente en camino

Puede que nuestro verdadero destino sea  estar eternamente en camino, siempre añorando y deseando con nostalgia, sedientos de descanso y siempre errantes. En efecto, solo es sagrado el camino cuyo destino desconocemos y que sin embargo, nos empeñamos en seguir; así caminamos ahora atravesando la oscuridad y los peligros sin saber lo que nos espera.

Hoy más que nunca, mi corazón está en Santiago.

miércoles

Un seductor video del Camino.

Me parece un video seductor y mágico, con un halo de misterio, de espiritualidad, de amaneceres frescos, de mirada turbadora y lentas pisadas; creo que no os dejara indiferentes. Otra perspectiva, otro video que surge del camino y para el camino. Me parece de lo mejor que he visto. Esto no deja de crecer.

martes

EL PODER DEL CAMINO


Prometedor trailer de un documental titulado "El Poder del Camino" que relata historias reales de personas a quienes el Camino de Santiago cambió radicalmente sus vidas, así como explicaciones de distintos expertos sobre el porqué de este fenómeno.
sites.google.com/site/hadarentertainment/

jueves

El sentimiento de un amigo peregrino.

La experiencia y los sentimientos de un peregrino, amigo y mejor persona, plasmados en unas bellas palabras:

"El camino es una forma de ver la vida, de disfrutar de las pequeñas cosas, de dar a cada cosa su justa importancia, de aprender de lo andado y de los compañeros de etapa, de emocionarte con los paisajes y lugares descubiertos y con los logros conseguidos, así como con las despedidas. Es hacerte más fuerte y más libre, es, una experiencia única.

Caminas solo, acompañado por el canto de los pájaros y el sonido del agua discurriendo por múltiples arroyos y ríos, y el de tus pisadas sobre las hojas en los bosques de cuento que antes han surcado tantos peregrinos…

Deseas llegar a la meta, cobrarte tu merecida comida (que variedad y que deleite supone la gastronomía española…), y tu merecido descanso pero al mismo tiempo, quieres seguir caminando y disfrutando de lo que te rodea al tiempo que te conoces mejor a ti mismo.

Compartes vivencias con perfectos desconocidos, a los que ansias ver al final de la etapa para comentar el día, reír y sentirte acompañado y para ofrecer y recibir un apoyo cuando es necesario. Con estas personas realizas reflexiones sobre lo que supone el camino para cada uno, reflexiones que podrían ser todas ellas las tuyas…que cantidad de cosas que aprender y guardar en tu memoria. Y es a estas personas, a las que inevitablemente a lo largo del camino vas despidiendo, especialmente al final de este. Con gran tristeza, debes decir adiós a compañeros que se marchan o a los que el físico les pide un descanso. En ocasiones, conoces la motivación de su peregrinar y hay casos impactantes, que te dejan en shock. Es increíble la fortaleza física y mental del ser humano y lo mucho que podemos aprender de otras personas.

La meta final del camino no es Santiago, aunque te maravilles con la majestuosidad de la Catedral y sientas su embrujo, ya que estás en un lugar meta de millones de caminantes a lo largo de los siglos…Abrazas al apóstol Santiago e, independientemente de tu condición religiosa, le pides por familiares y amigos y te sientes ligero, la mochila ya no pesa y tus piernas pueden recorrer mas distancia…tu mente ansia hacerlo…

Pero esta no es la meta final, es aquí donde liberas muchas emociones y te sientes satisfecho y orgulloso por el reto cumplido, pero en verdad, el camino empieza cuando este acaba, intentando ser mejor persona en nuestro diario discurrir por la vida. Porque a pesar de desear seguir caminando, también deseas regresar cerca de la familia y amigos, estar junto a tu chica y seguir disfrutando de cada nuevo día, Buen Camino!!"

por Manuel Mérida.

Enhorabuena amigo¡¡¡







martes

La exposición fotográfica “Miradas en el Camino de Santiago” llega a Granada


(acto inagural en el Colegio Mayor)

“Miradas en el Camino de Santiago” es una exposición itinerante por distintos países que muestra la visión particular sobre el Camino de Santiago de varios fotógrafos gallegos: Delmi Álvarez, Fernando Bellas, Tino Martínez, Javier Teniente, Julio Villarino y Tino Viz.

El paisaje, el patrimonio arquitectónico, la riqueza humana de peregrinos, visitantes y personas que viven a lo largo de los Caminos que llevan la Santiago son registrados por las cámaras de estos seis fotógrafos.

Desde iconos puramente xacobeos hasta manifestaciones antropológicas. Desde los retratos con nombre y apellidos incluso la figura anónima en el espacio. Desde el paisaje abierto incluso la intimidad de iglesias y claustros.

Estos artistas sienten y reflejan a través de sus obras como en una sociedad globalizada y acelerada existen espacios en que, independentemente de quién seas y a donde vayas, siempre te sentirás identificado. El tiempo toma una dimensión diferente de la que manejamos en nuestro ritmo cotidiano. El destino es lo que te coloca, y ese es Compostela

jueves

Peregrino de Caniles por el Camino Frances.




Te amo señor, fortaleza mía.
Roca mía, castillo mio, mi libertador.
Dios mío, en ti confiaré,
mi escudo eres Tú
y la fuerza de mi salvación.
 
Os dejo mi último video sobre la parte del camino francés, Logroño- Frómista, que recorrí entre noviembre y diciembre de 2012. Espero que os guste.

martes

La hospitalidad de Tomás.

Una leyenda del camino, ejemplo de hospitalidad y cariño hacia el peregrino. Y por muchos años¡¡


martes

La historia se repite.

La historia se repite. Nuevos corazones sentirán el orgullo y la emoción de convertirse en hermanos de San Sebastian, de estar unidos para siempre con una tradicion que se remonta  siglos atrás y que para explicar nada mejor que dejaros un artículo de un paisano mío.
Aunque eso si, hay cosas que no se pueden explicar con palabras y que solo un canilero siente en lo mas íntimo de su corazón cada 20 de enero.