viernes

Manual de conservar caminos.


1. Cada día has de aprender a caminar. Cada día es una nueva oportunidad, el camino te regala milagros que solo verás si tienes los ojos limpios de prejuicios, has de desprenderte de la venda de lecciones ya aprendidas. Los milagros están ahí, solo has de distinguirlos, aprender a mirar con ojos renovados.
2. Los caminos se cruzan. Y te cruzas con otros peregrinos. Tú creerás que los que te acompañan son los mejores, y no prestarás atención a los demás, y los otros peregrinos opinarán lo mismo de sus compañeros, y sin embargo “ellos” podían haber sido los tuyos. Un instante en el camino, una parada, entrar en un albergue o en otro determina los peregrinos que te rodearan a lo largo del viaje. Un instante, un segundo, una mirada
3. Las encrucijadas del camino. Allí has de pararte para decidir la senda que vas a tomar. Reflexiona y cuando des el primer paso, olvídate de la elección que tomaste o te torturarás innecesariamente. Si eliges el que tu corazón te señale, sin duda será el buen camino.
4. Lo importante no es el final, sino el camino en sí mismo. Aun cuando el fin no sea el soñado, no has de olvidar que el camino que tú elegiste y anduviste con toda tu pasión no te ha engañado, pues todo lo vivido, el sufrimiento y la alegría, conforman el puzzle de tu camino vital.
5. Lleva en el equipaje lo necesario. Cuando te sumerges en un trayecto difícil, el camino convierte las cosas que pensaste que eran necesarias y vitales en prescindibles y superfluas. Coloca cada cosa en su sitio y a cada uno en su justo lugar. Nos rodeamos de vanidad y abundancia que ciegan nuestros ojos a la vida.
6. Perderse en el camino es una enseñanza necesaria. Somos imperfectos y cometemos errores al elegir la senda, pero tal como dice el poeta: caminante no hay camino, se hace camino al andar, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
7. Usa toda tu energía en cada paso. Has de poner todas tus fuerzas en la empresa que comenzaste, pues ya que elegiste un camino, ese es el tuyo. Nunca los buenos peregrinos se han forjado con la senda llana y sin piedras.
8. Ten paciencia. A veces las señales están cerca, ocultas por una mala hierba, pero están. Si tienes paciencia y confianza en ti mismo las señales acabaran alumbrándote y tomarás la senda correcta.
9. Has de tu camino un espejo de ti mismo. Has de abrir tu corazón, tu alma, que te empapes del camino y el camino se empape de ti. Será un camino con espíritu.
10. Ama tu camino. Sin este principio nada tiene sentido.

miércoles

Año Santo: peregrinaje o maratón turístico.

Este año es Año Santo Compostelano. Es el año en el que coincide la celebración del patrón de España en domingo. Por la incidencia de los años bisiestos la frecuencia de los Años Santos se establece según el siguiente periodo: 6, 5, 6, 11 y tendremos que esperar para tal echo hasta el 2021. Es el año en el que la iglesia concede especiales gracias espirituales a los fieles cuyo origen se remonta al antiguo Testamento en el que está establecido que cada 50 años se celebra un Año Jubilar, año en el que no se cultiva la tierra y las propiedades vendidas pueden volver a su propietario original y que los que tienen que servir a otros quedan en ese año libres. Es también el año que se abre la puerta del Perdón o puerta Santa, donde es tradición pasar por debajo de la imagen esculpida de Santiago peregrino, y bajo sus jambas, santiguarnos tres veces en el dintel. En definitiva es el año en que se podrá ganar en la Iglesia Catedral de Compostela, en plenitud, las gracias del Jubileo.

Pero también es el año de los peregrinajes masivos, que desde la Edad Media y alumbrados por el faro de las indulgencias compostelanas han lanzado a multitud de europeos a emprender esta dura ruta. Sin embargo el echo de que no es necesario peregrinar para obtener la Indulgencia del Jubileo compostelano (la concesión que la Iglesia hace a los creyentes de «perdón» o «amnistía total» de Dios), sino que sólo es preciso visitar el Sepulcro del Apóstol Santiago, aderezado de un extenso programa cultural y festivo, ha provocado una eclosión de personas, creyentes o no, turistas, deportistas o domingueros que se han mezclado con los auténticos peregrinos y han adulterado el sentido del caminar constante y diario con la única meta de conocerse y conocer a Dios. Por ello se prevé una tsunami humano en post de Santiago, cual maratón newyorkino, que deja sin su esencia la palabra peregrinar, quedando el camino proscrito el resto de años a los solitarios pasos de aquellos que sienten verdaderamente la ruta jacobea; símil de lo que acaece en mi querido pueblo cuando la fiesta de nuestro patrón San Sebastián coincide en fin de semana, estando relegado el resto del septenario para los que realmente tienen fe.